Con la sentencia del BIC Oasis prevalece el interés general, la ley, frente a la arbitrariedad. Una arbitrariedad que ha sido la práctica común de quienes durante un cuarto de siglo gobiernan el destino de esta tierra. Vivimos sobrecogidos por la corrupción y por la sospecha de que la ley no es imparcial, por eso saludamos sentencias como esta y como la que, recientemente, restituye en el cargo y en su honor a Polo Díaz, responsable durante años del planeamiento de Lanzarote, destituido de forma autoritaria por el actual presidente del Cabildo. Son muchas las coincidencias en las formas de proceder de CC. Esperamos que otra demanda judicial sobre otro BIC, Tindaya, imponga también luz entre tanta sombra.