Juan Miguel Mena, concejal de Sí se puede en el Ayuntamiento de La Laguna, pedirá información sobre los gastos que han generado para el municipio el festival de música electrónica celebrado este miércoles.
El concejal de izquierdas considera que aunque los festivales musicales formen parte de la necesaria oferta cultural de un municipio es imprescindible que los mismos cuenten con el apoyo de los vecinos y se hagan de común acuerdo. “Para la celebración de un evento como este, durante más de diez horas, que ha implicado un uso de terrenos públicos y conllevaba un fuerte impacto acústico que afectaba a los vecinos de las cercanías y a una residencia de ancianos, se deben cumplir con todos los controles necesarios” afirma el edil .
Mena preguntará próximamente sobre el montante que ha supuesto este festival para el municipio, incluyendo partidas como las de seguridad o limpieza, más aun cuando se están planteando importantes recortes en los gastos de la Concejalía de Fiestas para el año próximo con motivo de la actual situación económica.
Para el edil de Sí se puede es positivo generar actividades destinadas a un público eminentemente juvenil. “La Laguna es una ciudad universitaria y debe tener especial sensibilidad con este grupo de población, pero entendemos que se debe contemplar estas actividades y otras muchas que actualmente están desatendidas” indica. En este sentido Mena no entiende que por parte del Concejal de Fiestas haya querido “enfrentar a los jóvenes con las asociaciones vecinales con motivo del festival”.
En Sí se puede no piensan que los lugares de ocio y las actividades para jóvenes sólo deban basarse en el consumo de alcohol, “como sucedió durante este acto musical, que convirtió muchas calles del casco en un gran botellón, donde se vendió en grandes cantidades de bebidas alcohólicas a menores de edad”. Mena cree que el Ayuntamiento “claramente incumplió con los vecinos en sus promesas sobre el control del sonido y del botellón”. Los ecosocialistas también consideran que se deben de buscar nuevas zonas alternativas en el municipio para establecer y realizar actos que generan mucho ruido para los vecinos, como por ejemplo el Campus de Guajara “que reúne buenas condiciones, serviría para ayudar económicamente a la Universidad y no afectaría a tanta población, con un adecuado estudio de impacto acústico”.
