Lo más evidente, denuncian desde Sí se puede, es la presencia de una gran banda de algas verdes visibles cuando baja la marea. Según Agustín Espinosa “estas algas funcionan como organismos bioindicadores de la contaminación marina siendo su presencia en el litoral indicadora de un aporte de aguas residuales no depuradas. Estas aguas sucias provienen, con total seguridad, del emisario submarino que vierte las aguas residuales de Punta Larga y de parte de Las Caletillas, con un caudal estimado de más de un millón de litros por hora”.
“El problema es que el emisario se autorizó cuando no se habían realizado las obras de las playas de Punta Larga estando inicialmente a 80 metros de la costa y a más de 22 de profundidad y parece ser que nadie pensó en que una vez ejecutadas las escolleras el emisario estaría mucho más cerca de la zona de baño y ahora sufrimos las consecuencias” afirma Espinosa.
Según Mayca Coello, concejala de Alternativa Sí se puede en Candelaria, “Hemos denunciado en varias ocasiones este problema ante las diferentes administraciones, una situación que ha generado que la costa del Valle de Güímar sea declarada por la Unión Europea como zona de aguas contaminadas por residuos urbanos, y tanto Coalición Canaria, como Partido Popular y el PSOE que han gobernado en Tenerife y Candelaria, son directamente responsables, por su dejadez, de la grave situación que ahora se evidencia”. La edil asegura que “es imprescindible poner en funcionamiento la depuradora, arreglar los emisarios y ejecutar la red de alcantarillado necesaria para evitar que las aguas negras lleguen al mar.”
