Sí se puede condena el asesinato de una mujer de 43 años en Tenerife, víctima de violencia machista, el segundo en Canarias en lo que va de año. La organización ecosocialista considera que la erradicación de los crímenes sexistas exige un compromiso firme de las administraciones públicas, más atención, más prevención, más coordinación entre los organismos públicos de las Islas.
Sí se puede reclama a las distintas administraciones públicas una implicación efectiva en la lucha por acabar con el terrorismo patriarcal como objetivo prioritario, porque, mientras continúen estos delitos, no habrá igualdad de género real.
La organización ecosocialista anima a la ciudadanía a sumarse a los actos convocados por el movimiento feminista y el Foro Contra la Violencia de Género para denunciar este hecho de violencia machista que ha acabado con la vida de una mujer en Santa Úrsula (Tenerife); en esta isla, la cita es este miércoles, 22 de julio, a las 19.00 horas en la plaza de La Candelaria (15M) de la capital tinerfeña.
Sí se puede subraya que la continuidad de los asesinatos a las mujeres, la destrucción de sus vidas y de sus familias evidencia la ineficacia de los procedimientos seguidos hasta ahora, por ello, es necesario cambiar las fórmulas de trabajo, empezando por el fortalecimiento de los servicios públicos, la incorporación de los ayuntamientos en un plan sistemático de prevención porque esta violencia sistémica debe enfrentarse con planes de igualdad asentados en la realidad local.
La organización ecosocialista considera que la violencia machista revela la profunda desigualdad característica de la sociedad patriarcal, por ello, es prioritario mejorar la respuesta institucional frente a ella, a partir de nuevos paradigmas, es imprescindible aumentar la financiación, consolidar el sistema de prevención, atender y proteger a las víctimas con todas las garantías y recuperar y fortalecer un plan de formación permanente y continuada en valores igualitarios y educación afectivo-sexual.
Finalmente, Sí se puede hace un llamamiento a la responsabilidad colectiva en la erradicación de prácticas machistas que cultivan y sustentan una masculinidad que entiende como su derecho el control de las vidas de las mujeres.
